
El retrato

Retratos RUSOS.
ESTHER SANTAFOSTA RULL

Gorro ruso ROJO

Gorro ruso BLANCO

Retratos en la ducha.
ESTHER SANTAFOSTA RULL












ENSAYO PERSONAL
La fotografía de retrato es algo increíblemente profundo. Más allá de una simple imagen, cada retrato tiene el poder de contar una historia o de construir un personaje, y creo que eso es lo que conecta mis experiencias fotográficas con las historias que cuentan "La sal de la tierra" y "Helmut Newton: Lo malo y lo bello". Estas dos películas ofrecen visiones muy distintas, pero igualmente potentes, de lo que una foto puede transmitir, y me han inspirado mucho en mis propios intentos de capturar a mi compañera de piso, Esther, explorando su esencia en distintas atmósferas.
En el documental "La sal de la tierra", Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado nos invitan a ver el mundo a través de los ojos del fotógrafo Sebastião Salgado, quien ha dedicado su carrera a retratar comunidades en situaciones extremas. Sus fotos no son “bonitas” en el sentido tradicional, pero tienen una fuerza que es difícil de ignorar. La obra de Salgado no busca la perfección estética; se trata más bien de capturar la esencia humana en su estado más puro y vulnerable. Sus retratos me hacen pensar en la fotografía como una herramienta para conectar, para revelar algo más allá de las apariencias y ver a las personas como son en realidad.
Cuando pienso en cómo esto ha influido en mis propios retratos, veo cómo se relaciona con las fotos que tomé de Esther en la ducha. En esas imágenes, el maquillaje se le corre y el agua cae por su rostro, mostrando una versión de ella que pocas veces vemos. Es una versión cruda y sin adornos, similar a la vulnerabilidad que Salgado capta en sus fotos. Aunque la situación es muy diferente, compartimos la misma intención: mostrar algo auténtico y humano.
Por otro lado, Helmut Newton, cuyo trabajo explora una estética completamente diferente, me hizo pensar en el poder de la fotografía para crear personajes complejos y llenos de misterio. En "Helmut Newton: Lo malo y lo bello", el director Gero von Boehm muestra cómo Newton buscaba captar una mezcla de fuerza y vulnerabilidad en sus modelos, a menudo mujeres que desafiaban las expectativas de feminidad al mostrarse seguras y desinhibidas. Newton convierte la fotografía en una especie de teatro visual en el que cada detalle, desde la pose hasta el entorno, nos da pistas sobre quiénes son sus personajes, al menos dentro de la historia que él construye.
Este enfoque también me influyó mucho, especialmente en los retratos de Esther con el gorro ruso. El gorro no es solo un accesorio en la imagen; al verlo, de inmediato evoca una historia, un misterio, una conexión con Rusia y sus paisajes fríos. Esther se convierte en alguien enigmático, en un personaje que parece venir de otro mundo. Con los fondos oscuros y claros, esta “Esther rusa” parece contener algo fuerte y profundo. Así como Newton usaba cada detalle para construir un personaje, en estas fotos intenté capturar algo similar, esa mezcla de poder y misterio que hace que el espectador se sienta atraído a conocer la historia que hay detrás.
Esta experiencia con Esther me permitió ver la fotografía de retrato como un proceso de construcción. Con el gorro ruso y el contraste de fondos, intenté crear una versión fuerte y misteriosa de ella, casi un personaje, mientras que en la ducha busqué algo completamente opuesto: una Esther sin barreras, en un momento de vulnerabilidad y sin adornos. Estas dos series reflejan las dualidades que cada persona puede tener dentro de sí misma, y creo que esa es una de las cosas más bellas de la fotografía: poder mostrar ambos lados, lo que queremos mostrar al mundo y lo que, quizá, tratamos de ocultar. En los retratos "rusos" vemos un personaje poderoso y sensual. Por el contrario, en los retratos realizados en el cuarto de baño vemos un personaje frágil, débil y pensativo.
,
Pensar en la relación de todo esto con la educación visual me hace darme cuenta de cómo la fotografía puede ser una herramienta educativa poderosa. Al igual que Salgado y Newton, los estudiantes pueden aprender a ver más allá de la superficie y a explorar cómo la identidad y las emociones se manifiestan en una imagen. La fotografía les permite ver la complejidad de las personas y de los entornos de una forma única, desarrollando su capacidad de empatía y su curiosidad por el mundo.
Imagino actividades en las que, por ejemplo, los niños puedan ver diferentes tipos de retratos, desde imágenes crudas y vulnerables hasta retratos construidos y enigmáticos. Esto podría abrirles los ojos a las muchas formas en las que una imagen puede contar una historia y hacer que comprendan la fotografía no solo como algo visual, sino también como una herramienta para entender emociones y situaciones. También me gustaría que tuvieran la oportunidad de explorar su propio entorno a través de la cámara, descubriendo el poder de los detalles y de las historias que esconden los lugares y las personas a su alrededor.
Tanto "La sal de la tierra" como "Helmut Newton: Lo malo y lo bello" me han enseñado que la fotografía es mucho más que capturar una imagen. Puede mostrar quiénes somos, o quiénes queremos ser; puede crear personajes o desvelar la esencia humana. Mis fotos de Esther, con el gorro ruso y en la ducha, son un ejemplo de cómo la fotografía puede jugar con estos dos extremos: la fuerza y la vulnerabilidad, el misterio y la realidad. Quiero que esta experiencia también inspire a mis futuros estudiantes, ayudándoles a ver el mundo desde diferentes ángulos y a descubrir que, en cada retrato, cada rostro y cada detalle, hay una historia que merece ser contada.

